La Buena Relación con el Casero: Teoría y Práctica

Pagar por algo que no es tuyo para que te sientas como su dueño sin realmente serlo. Esta definición hecha en un momento podría encajar a la perfección con el concepto de alquiler. ¿Es así o no? Porque en eso consiste la cosa, en abonar una cantidad durante un tiempo determinado para que puedas hacer uso de un producto que le pertenece a otro. Sí, lo has leído bien: a otro. Por eso en materia inmobiliaria resulta tan crucial llevarte bien con tu casero. Debes tener presente en todo momento que la vivienda que habitas, por mucho que parezca tu morada, no lo es. ¿Verdad que de niño cuando te prestaban un juguete tenías que mimarlo y entregarlo intacto? Podías jugar con el muñeco tanto como quisieras, es cierto. Pero no podías hacer con él lo que te viniera en gana. Pues con una casa pasa lo mismo. ¿Para qué iba a ser una excepción? No deben existir asperezas entre inquilino y propietario.

Mantén una buena relación con el casero

Decídete: ¿quieres vivir en tu nueva casa o en el averno? Lee estos tips para que la relación con tu casero sea la mejor:

1. Documentos en regla: Probablemente esa sea la primera exigencia que te pida: que entregues todos los papeles que le hagan falta. Y siempre suelen ser los mismos, tampoco solicitará que le entregues sangre de unicornio: documento de identidad, una fotocopia de tu nómina, otra de tu contrato laboral… Lo único que debes hacer es entregarle todos y cada uno de los documentos que requiera. Y por favor, no mientas en tus ganancias. Vale más la pena buscar otro departamento que se ajuste a tu presupuesto antes que convertirte en un embustero.

2. Formula tantas preguntas como sea: Ilumina al propietario con un foco y apaga el resto de las luces de la estancia; es hora de someter al dueño a un interrogatorio. Bueno, tal vez por aquí hemos visto demasiadas películas. Pero lo que queremos decir con esto es que todas las preguntas deben quedar resueltas, las dudas no tienen que asomar por ningún lado. Lo último que desearás al vivir en tu nueva casa es que haya algún interrogante huérfano de respuesta. Y si te queda algo en el tintero, que sea para estampar la firma en el contrato.

3. Ojo con el contrato: Los contratos se redactan para que alguien los lea, a pesar de que luego acumulen polvo en el fondo de algún cajón olvidado. Lo cual significa que deberías leer el documento que el propietario ha preparado tan amablemente para ti. Porque todas las preguntas que antes habrás formulado tienen su solución impresa en ese papel. O papeles. Sí, es cierto. Dicho en plural da más pereza leerlo. Pero no tanta como la mudanza que te espera. Así que ya puedes echarle ganas.

4. Paga cada mes: Si lo haces te prometemos que todo irá bien. En serio. Puede que te suene a perogrullada, pero siempre hay algún período en el que te puedas encontrar en apuros económicos. Y cuando eso pase querrás decírselo al casero antes de que llegue fin de mes, ¿no es así? Será lo mejor para las dos partes, tanto para ti como para él. Avísale con antelación para que entre ambos podáis alcanzar un consenso que os beneficie. De lo contrario, las consecuencias para ti pueden ser catastróficas. ¿Tú sabes lo mal visto que está alguien que no paga según los plazos estipulados?

5. Piensa en el depósito: ¿Te acuerdas de aquello que hemos dicho del juguete que te dejaba el amigo para que se lo devolvieras sano y salvo? Pues ahora sólo tienes que extrapolarlo hasta el nivel de los bienes raíces, a una casa ni más ni menos. Porque si de repente causas destrozos en la propiedad, si dañas las puertas y machacas las baldosas del suelo, ese dinero que entregaste como depósito y que te prometieron cuando decidas marcharte desaparecerá. Quid pro quo.

6. Los vecinos ven y escuchan: Debes tener en cuenta que un departamento se halla en una comunidad de vecinos, un grupo de personas muchos de los cuales viven en tu edificio desde que el mundo es mundo. Que no te extrañe que algunos sepan quién es tu casero, incluso los habrá que puedan tener una relación más o menos cercana con él. Por lo tanto, controla el sonido de la música si te levantas pronto; no tengas la costumbre de celebrar fiestas por todo lo alto hasta bien entrada la noche. Comunica cualquier anomalía a tus vecinos para que éstos anden sobre aviso. No querrás que ellos se lo transmitan al propietario de tu casa.

Lo único que debes hacer ahora es poner en práctica lo que acabas de aprender.

2 thoughts on “La Buena Relación con el Casero: Teoría y Práctica

  1. alexander huanca dice:

    muy buen aporte

    1. resem dice:

      ¡Muchas gracias, Alexander! Estás más que invitado a seguir leyendo nuestros artículos.

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