A Holanda le faltan presos y le sobran ideas para sus cárceles

Imagínate ocupar el papel del político que se cerciora de que las cárceles no son rentables porque en tu país ha dejado de existir suficiente crimen para llenarlas. Claro que por un lado las sonrisas y los brindis despertarán, pero de pronto te encuentras con un montón de instituciones que son caras de mantener y un puñado de funcionarios que habrá que recolocar. Este ha sido el tablero de juego en el que Holanda ha colocado sus fichas de forma reciente.

¿En qué se han transformados las cárceles de Holanda?

Descubre a qué se dedican las cárceles ahora en Holanda
Fuente: Het Arresthuis

Desde luego, si de algo sabe Holanda es de rebajar los niveles de crímenes en su país. En los últimos seis años han cerrado diecinueve cárceles porque no hay suficientes criminales para llenarlas. Una razón que, por cierto, impresiona.

Pongámonos en contexto, ¿vale? En todos los países del mundo se cierran cárceles. La gran mayoría por anticuadas, pero, ¿por falta de inquilinos? Parece hasta de una novela distópica en la que se está preparando la tormenta en la que perece la calma.

Los nuevos usos del as cárceles de holanda
Fuente: Het Arresthuis

Eso sí. En Holanda saben de reciclaje. Ninguna de ellas se ha quedado vacía. Todas ellas han ocupado un nuevo rol en este juego.

La gran mayoría se han transformado en hoteles y viviendas para solicitantes de asilo, de tal manera que los antiguos trabajadores se pueden reubicar y su vida no se vea condicionada porque los malos hayan dejado de serlo.

¿Te dormir en una habitación que fue una cárcel?

Los nuevos destinos de las cárceles holandesas
Fuente: Het Arresthuis

¡Y a quién no! Anda que no nos puede el morbo a las personas. Dormir en un lugar que antes estuvo ocupado por un criminal es algo que nos llama poderosamente la atención para dejarlo pasar… sobre todo si disponemos de la seguridad de que a la mañana siguiente las rejas no nos habrán privado de libertad.

¿Solo se han quitado las rejas? Para nada. Los grilletes ya no resuenan por los suelos, pero es que ahora, además, el lujo se ha instalado, a la par de un montón de utilidades que antes no estaban presentes y que consiguen que el paso de los huéspedes sea mucho más interesante. Aunque a nosotros nos hubiera encantado que se quedara como un lugar temático, para qué negarlo.

¿Te apuntarías a una noche entre barrotes?

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